El artículo valora a la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre y la Convención Americana sobre Derechos Humanos como la base política, jurídica e institucional en la que descansa el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el cual ha servido de guía del derecho americano en evolución a partir de una mayor interacción entre los niveles nacional e internacional. Señala el problema de la falta de cumplimiento y ejecución total de las sentencias de la Corte IDH como uno de los desafíos actuales del Sistema Interamericano. Para ello visualiza oportunidades en el proceso de reforma iniciado en el ámbito europeo, tales como potenciar la responsabilidad compartida para superar los problemas de eficacia en el cumplimiento de las sentencias, adoptar un mecanismo de subsidiariedad que le permita a los Estados contar con cierta libertad en adoptar medidas de reparación que se ajusten a las realidades nacionales, así como reforzar la capacidad nacional para ejecutar sentencias con la emisión de leyes específicas.